El Banco de España avisa a la banca: el veto al dividendo se prolongará mientras dure la crisis
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha anunciado que la recomendación de no pagar dividendo está «condicionada a la duración de la crisis», lo que enfría las esperanzas de la supresión del veto que reclama insistentemente el sector. Asimismo, Cos insta a las entidades a reconocer cuanto antes la morosidad derivada del covid porque prevé un «un aumento significativo de la tasa de dudosos en los próximos trimestres, incluso en el escenario más benigno»
Según el gobernador, la recomendación de prudencia en el reparto de dividendos «debe seguir estando vigente mientras persista la incertidumbre actual y hasta que se consolide una recuperación económica sólida».
Cos ha querido explicar la «racionalidad» del veto a distribuir dividendos, una medida que ha asegurado que busca una mayor acumulación de recursos en las entidades para la absorción de pérdidas en un contexto de fuerte incertidumbre. Según sus cálculos, esto permitirá a la banca española añadir alrededor de 50 puntos básicos en 2020 a sus colchones de capital.
No obstante, ha mantenido una puerta abierta a la esperanza del sector. Por un lado, ha adelantado que los dividendos ‘perdidos’ se podrán recuperar con dividendos extraordinarios tras la crisis (lo contrario no es posible porque no se pueden devolver los pagos ya repartidos). Y por otro, ha recordado que el Banco Central Europeo (BCE) y la Junta Europea de Riesgo Sistémico revisarán la recomendación antes de que finalice el año. «La decisión final tendrá en cuenta la situación macrofinanciera que enfrentemos en ese momento», ha señalado.
Un portavoz del Banco de España ha matizado posteriormente que las palabras del gobernador sobre la prudencia en el reparto y su condicionalidad a la duración de la crisis no prejuzgan la decisión que el BCE tomará en diciembre.
Reconocer la morosidad cuanto antes
Respecto a la morosidad, ha reconocido que el incremento observado hasta el momento resulta «muy contenido» debido a la amplia batería de medidas, pero eso no debe ocultar que será inevitable un fuerte aumento.
El gobernador del Banco de España ha explicado que la relajación de las normas contables en estos últimos meses tiene como objetivo impedir un comportamiento excesivamente procíclico y mecanicista de las provisiones derivado de reclasificaciones automáticas a dudosos de exposiciones afectadas por perturbaciones transitorias.
Por su parte, la consideración del impacto positivo de avales públicos y moratorias sobre la capacidad de pago de los agentes del sector privado también pretende mitigar el deterioro en las calificaciones crediticias. No obstante, teme que la banca haga una «mala utilización» de las medidas, lo que podría facilitar ciertas prácticas contables «inadecuadas», demorando el reconocimiento de deterioros en la «calidad de crédito», es decir, el reconocimiento de una morosidad que no se ha manifestado gracias a las moratorias y carencias.
Por este motivo, las guías supervisoras consideran también que las medidas en materia contable no deben suponer un menoscabo en la adecuada identificación de deterioros y la asignación de coberturas razonables por riesgo de crédito, proporcionando a las entidades los incentivos necesarios para el mantenimiento de estándares adecuados a las expectativas.
Así lo ha puesto de manifiesto Hernández de Cos durante su intervención en el III Foro de Banca organizado por El Economista y Accenture, donde ha subrayado que las autoridades económicas y supervisoras continuarán ejerciendo una «vigilancia estrecha» sobre las entidades y los mercados financieros para que sigan facilitando el necesario flujo de crédito a la economía.
En todo caso, ha destacado la actitud previsora de las entidades financieras al haber destinado importantes recursos a provisiones. «Esto ha hecho que su rentabilidad se haya reducido significativamente, pero también ha elevado su capacidad de absorción de deterioros, algo que los inversores valoran especialmente en estas circunstancias», ha indicado.
Usar el colchón anticíclico es complicado
Por último, Cos se ha mostrado partidario de que los bancos puedan utilizar los colchones anticíclicos de capital, porque se constituyeron precisamente para utilizarse cuando viniera una crisis. De hecho, cree que eso tendría incluso un efecto positivo en el capital ya que permitiría incrementar el crédito y el crecimiento económico, lo que a su vez elevaría los ingresos de la banca y reduciría la morosidad.
Pero reconoce que es complicado por el estigma que supondría para las entidades, lo que podría encarecer sus costes de financiación o incluso impedir el pago de intereses y dividendos en sus instrumentos de capital. De ahí que el BCE esté buscando fórmular para permitir el uso de los colchones sin esos efectos negativos.